"Si dejas de aprender, dejas de enseñar" (Joan González)

2017/10/17

DE LA GRADA A LA ARENA




Como se ve en las fotografías, la perspectiva cambia en función de donde estés. Como en la vida, tu posición marca mucho como serán tus juicios de valor. Es importante para ello una gran dosis de empatía para ponerse en lugar que ocupamos los entrenadores.
No voy a decir nada nuevo, pero no por ello hemos de dejar de explicar lo que pasa a  muchos entrenadores que se dedican a la formación. Es cierto que en categorías seniors estamos igual de expuestos, pero quizás hay matices distintos, aunque igual de complejos, en el desarrollo de la profesión de entrenador. Si, han leído bien, he dicho profesión, mal remunerada en la mayoría de situaciones, pero que nosotros nos encargamos de compensar con un gran esfuerzo y dedicación personal, que pasa a ser una profesión llevada con dignidad por lo expuestos que estamos.
No hay equipo de formación, y espero equivocarme, en que todos los padres y madres tengan claro que nivel tiene su hija, que déficits tiene, y sobretodo que esperan de este deporte. Las frases a principio de temporada siempre son las mismas, todos quieren que aprendan, que se formen, que sumen valores, y que se lo pase bien. Que quieren un entrenador competente, estricto, y un largo etc. de necesidades. Después con las semanas, cada vez con menos margen para el trabajo, vienen las siguientes frases. Si, las de las quejas. Que si el entrenador chilla, que si mi niña/o no rinde por que no juega en su posición natural, si una es más egoísta que otras, que sino juega los minutos que se merece, y más que muchos de vosotros sabéis y  que oímos “de espaldas” claro, con esos corrillos famosos, que al final acaban explotando en las mismas narices.

Y tú, que formas parte en la fotografía que estas a pie de pista, ves como algunas de esas chicas que han de trabajar, ponen en duda la autoridad del entrenador, con comida precocinada desde casa y que la cancha sirve de microondas. Y claro como entrenador actúas ante estas situaciones. Es en esta actuación cuando los padres deberían confiar en este entrenador, porque está capacitado para ello, porque es su obligación, y porque hay que gestionar este grupo diez meses. Cuando juntamos formación con adolescencia, cuidado. Estamos hablando de etapas complejas de realizar esta gestión. Apasionante, eso sí. Ellos tienen una/o en casa y te cuentan lo difícil que es a veces “llevarlos”, pero tú tienes 10, 11 o 12, y sabes, porque lo has vivido otras veces,  que va a pasar en cada situación, percibes que está pasando.

Llevamos años así y la situación no cambia, va a peor. Los clubes tienen déficit de entrenadores, porque muchos de los entrenadores abandonan por que los despiden y por la presión que produce esa situación constante y otros con más experiencia, deciden que quieren vivir tranquilos ante tanta falta de cultura deportiva, y delegación absoluta al trabajo de entrenador. Los coordinadores, Directores Técnicos o Jefes de áreas deportivas, deberían hacer de paraguas, pero muchos de ellos, están en una situación incómoda, dependen de una compensación económica, que precisamente gestionan padres de alguna de estas chicas o chicos. Y ahí estamos en este círculo vicioso, donde al final se decide el “sálvese quien pueda”.

Miren las fotografías, pónganse abajo en el banquillo, y sepan que detrás de esa figura tan criticada hay una persona trabajando a diario, gestionando toda la semana a su equipo para que el día de mañana esas chicas, sean duras, tengan resiliencia, sepan afrontar los fracasos, gestionar los malos momentos y los buenos, y afrontar la vida con entereza. En la vida no valen las quejas ni las excusas, y el baloncesto debe ser una fuente de este aprendizaje, costoso, difícil y a veces es verdad, angustiante para los padres, pero son ellas y solo ellas, quienes han de ser capaces de gestionar su vida. Sino hacen eso, están abocados a unos hijos dependientes, y eso, precisamente eso, es lo peor que le puede pasar a un adulto, el no tener herramientas para afrontar las mil dificultades que la vida te muestra. Si sigues cortando la cabeza a los entrenadores, estarás alejando de este objetivo de madurez a tu hija/o.

2017/08/21

LAS FASES DE PREFERENTE...UN LUNAR EN LA FORMACIÓN



Este año nos toca hacer las fases para preferente cadete femenino. Somos un equipo del 2003, y al club y a las jugadoras quieren proponerse un primer objetivo. Intentar entrar en preferente.

Este objetivo, des de mi punto de vista, trastoca la línea formativa que han de llevar durante el año. Ahora en dos semanas hemos de plantear soluciones  por si nos hacen zona par, impar, presiones, zonas pres, y lo que venga… En la formación me gusta ir paso a paso. Todo tiene su tempo, su momento, y parece que ahora en dos semanas las jugadoras tengan que estar dispuestas a superar los obstáculos tácticos que les sobrevengan y a generarlos también. De tal manera que esta fase de pretemporada parece un oasis dentro de mi planificación formativa. Tengo una profunda contradicción como técnico, porque ahora sólo vale el resultado, eso que tanto odiamos priorizar en formación, por lo menos algunos, que no significa hacer el  máximo para competir. Es decir que ahora hemos de decirle a las jugadores que durante dos o tres semanas vamos a entrenar distinto que en el resto de temporada, donde la planificación (que para eso existen) nos propone  trabajar progresivamente los aspectos de defensa , ataque y que las jugadoras asimilen cada paso que den para su correcta formación.

No me preguntéis si es bueno o no hacer fases de preferente, y los que hacen los calendarios estoy seguro que desean lo mejor para las jugadoras y la competición. Tan sólo estoy diciendo que no me siento cómodo haciendo ese trabajo resultadista para poder entrar en un grupo “privilegiado” del campeonato.

Cuando hablo con entrenadores todos, muchos, la mayoría, dicen que trabajan en formación, para la formación y yo me lo creo, si de verdad, estoy seguro que la mayoría de los entrenadores quieren formar, pero también es verdad, que quieren ganar.

El otro día hablando con un gran entrenador que ya no ejerce y que estuvo en ACB, me decía que los entrenadores en formación ahora no les interesan los diamantes en bruto sino bien puliditos, porque en realidad quieren trabajar para ellos,  y no para los jugadores.  Si…ahora me saltaran los puristas y me dirán que no es cierto. Pero a algunos  entrenadores le interesa más un jugador de rendimiento inmediato, que le de los resultados y de rebote su reconocimiento como entrenador, que no obtener el reconocimiento del jugador dentro de unos años, que es para quienes tendríamos que trabajar. Y ahora me viene a la cabeza que los reconocimientos de “mejor” entrenador, siempre o casi siempre, recaen en alguien que ha ganado, cuando yo estimo que debería darse por otros méritos también igual de importantes.

¿Las jugadoras que ahora ganen para ir a preferente serán las mejores en unos años?…No necesariamente. Los entrenadores que consigan que su equipo este en preferente serán mejores que otros entrenadores?...NO necesariamente.

Espero que se me entienda bien la reflexión que quiero que nos hagamos. Es posible que algunos colegas míos se sientan bien en estas aguas y los respeto. Veo jugadores/as que empiezan a entrenar el 5 de agosto por decir una fecha, y me pregunto si todo aquello que predicamos que el baloncesto no debe ser lo más importante, sino que hay aspectos que nuestros jugadores/as han de cuidar como las relaciones interpersonales, familiares, sociales etc, se cumplen.

Me encanta el baloncesto, me apasiona, sino no llevaría 31 años entrenando, pero precisamente esa mirada hacia atrás, me da pie a cuestionar si formamos para para ellos o para nosotros, si competimos para ellos o para nosotros, si ganamos para para ellos o para nosotros.



Buena temporada compañeros/as.


2017/06/20

LAS PIEDRAS Y LA ILUSIÓN

Iniciar un nuevo  camino de entrenador con un club, es una nueva “historia de amor”. Esperas poder ofrecer todo lo que se espera de ti, y lees en los ojos del equipo esa necesidad de agradarte en el primer instante. Es un proyecto nuevo, diferente al que habías tenido hasta ahora. Ni mejor ni peor, porque con el tiempo aprendes que  cada “amor” es distinto,  Y emotivamente cada uno te da cosas diferentes.
Lo primero que busco en un proyecto es ilusión. La ilusión, una esperanza que no tiene fundamentos y que se basa, en la visión subjetiva que proyectamos hacia alguien o alguna situación. Sin esa distorsión de la realidad, paradójicamente es difícil empezar un proyecto.
Nos movemos por sentimientos y la ilusión es la primera piedra que hay que poner para alcanzar algo.  Es el motor, y es la esperanza que nos autogeneramos. Eso me paso cuando conocí a la generación que llevaré la próxima temporada del CNS 2003 femenino. Sus ojos brillaban, eran la ilusión pura
Pero todos los principios tienen también sus dificultades. Tres jugadoras, buenas jugadoras, han apostado por ir hacia otro proyecto deportivo. No te lo esperas, porque esa ilusión crea distorsión ante una posible realidad. Lo que los entrenadores lo consideramos normal (aunque algunos se empeñen en querer convencer a las jugadoras que se queden), a las demás jugadoras les produce un estado de ánimo, que esa ilusión del principio parece no neutralizar. El grupo se rompe, se descompone momentáneamente, porque és en ese momento, cuando las imágenes que durante temporadas este equipo ha ido fabricando, salen a relucir y se magnifican de tal manera que parece que nada será igual.
A los alumnos les digo que en los cursos de entrenador hay poca materia donde se enseñe a trabajar la gestión de los conflictos, de las “pérdidas”. En este momento la situación del Coach es determinante. Ante esas situaciones hay entrenadores que pueden ver peligrar su balanza de victorias/derrotas, otros entran en la espiral del desánimo, porque desde que  ficharon, la realidad (esta maldita situación que hemos de valorar como presente y que no asegura nada en el futuro) se se ha distorsionado. Es cierto, sí. Pero las jugadoras son en ese momento, como otros en la temporada, donde tienen que ver actuar a su entrenador. Eso sí, empiezas muy pronto a tener que gestionar, pero tarde o temprano te va a tocar hacer tu trabajo de vestuario.
Lo segundo que busco es la capacidad de mejora mental del grupo. Es básico evaluar el “hambre” de las jugadoras y su capacidad para la mejora. Hemos de ver que capacidades técnicas i tácticas tienen, y también si su mentalidad es la adecuada para afrontar el reto. Pueden tener la ilusión y la capacidad técnica para jugar, pero si no tienen fortaleza mental, no vas a conseguir los objetivos que te has planteado. Y como el físico, como el técnico y como el táctico, eso también se entrena. El cómo no es ningún secreto. Aprender a aguantar las situaciones de presión que significa el cansancio. Conseguir que el hábito de este trabajo sea siempre constante. No dar excesivas concesiones delante de “la queja”, y mantener tu línea de trabajo hasta el final, y no cambiarla en función de los resultados, esto último es esencial para tu credibilidad delante del grupo.
Hay otro aspecto fundamental en ese trabajo de la capacidad mental, y es la de rebajar la sobreprotección que algunos padres ejercen sobre las niñas. Y si me permitís un consejo…Ese padre que presume de ser duro y le gusta que tú lo seas con las chicas, y que normalmente es el más hooligan de tu trabajo, cuando aprietes a su hija, cuando focalices con ella (como habrás de hacerlo con todas), será el primero en quejarse que no sabes llevar al grupo. Que quiere decir eso: Que en el fondo todos son padres!!!
Lo tercero que busco, cada vez con más convencimiento, a veces no lo consigo suficiente,  es intentar hablar poco hacia el exterior. Los altavoces son muy altos y se distorsiona mucho la voz. Eso quiere decir que cada vez que decimos algo, tiene repercusión ya sea negativa o positiva, pero las palabras se sacan de contexto, y es mejor no dar mucho tu opinión. Los sentimientos que tú quieres exportar con tus palabras, no siempre llegan al destinatario como tu querrías, y es fácil que el “boomerang” vuelva con fuerza y castigue tu credibilidad y con ello tu confianza.
No hay receta mágica… Hay honestidad, hay constancia, hay seriedad en el trabajo. Y aun así, nos equivocamos. Que no sea por falta de rigor, sino por las circunstancias que conlleva una responsabilidad, donde casi siempre, el marcador está por encima de tu labor…Sino ¿Porqué  casi siempre se elige como mejor entrenador a los que han ganado un campeonato??

2017/06/05

FIN DE TRAYECTO





No es fácil valorar una etapa globalmente  con dos equipos tan distintos, de un mismo club como son el pre-infantil i el cadete femeninos.
Si algo me caracteriza en mi vida profesionalmente como entrenador de baloncesto  (y no digo que esto sea bueno), es que al final siempre se me quedan los buenos recuerdos, las imágenes positivas, de esfuerzo colectivo, de unidad de grupo, aunque los resultados hayan sido más que buenos como ha sido el caso de esta temporada.
Cuando llegué vine cargado de ilusiones,  a pesar del esfuerzo en todos los sentidos que suponían los trayectos de 206kms cada vez que venia a entrenar. En total 89 entrenamientos, 18000kms…y unas 210 horas de entrenamiento y otras tantas de partidos. Sólo he faltado a un entrenamiento, la salud me ha acompañado.

Me encontré con un director Técnico Jordi Acero, que ha sido capaz de acompañarme ente proceso durante todo el año, apoyándome, cambiando partidos en las coincidencias y hacerme la vida más fácil. Siempre es importante encontrarte personas así a tu lado. Me encontré con jugadoras con distintos niveles, distintas motivaciones e intereses, pero que poco a poco fuimos creando dos grupo de trabajo distintos, pero adaptados  cada tipo de juego y competición. Han sido capaces de adaptarse y salvo raras excepciones, la estabilidad de compromiso en los entrenamientos ha sido muy alta y hemos podido realizar entrenos de calidad.
Pero mi ilusión como entrenador no es lo que he contado. Mi gratificación es ver el aprendizaje de las jugadoras individualmente y como grupo. Verlas “crecer” también en lo personal i compartir sus días de alegrías que han sido la mayoría y algunos días malos. Ver como ríen, lloran, juegan, se relacionan, se divierten, se enfadan y compiten, y encima este año con muchas victorias que ha reforzado al grupo. Eso es lo realmente importante  para mi…haber vivido esos momentos que siempre quedaran entre nosotros.

“Lo demás” ahora…no me interesa, y los entrenadores sabemos que quiere decir esa palabra, y lo que implica a todos los niveles. Y no es negativo, simplemente es así. Con el tiempo se aprende a convivir con ello, aunque algunas cosas me sorprendan a pesar de llevar 30 años entrenando.
Ahora que me quedan dos semanas, quiero despedirme agradeciendo  al Vedruna Palamós su confianza en mi, y en especial a Jordi Acero y Carmina Ontiveros, las dos almas de este proyecto. Encontraré a faltar muchas rutinas, como la de pasar por  el mar cinco minutos antes de entrenar, mis cenas en el bar Mònica con Jordi i Enriqueta, a Martí i  Iolanda, que el baloncesto nos ha unido como amigos, mis paseos con mi mujer por “mi” pueblo Palamós, y de verdad, muy sinceramente a aquellos padres que han confiado en mi, a los que han respetado mi trabajo, mas allá de lo personal.

Un abrazo Palamós


2017/04/25

"SALIR" PARA "ENTRAR"

Estos días que he estado en Madrid, viendo entrenamientos del Estudiantes Movistar, y compartido charlas con un buen amigo como Salva Maldonado y con sus ayudantes Sama y Iñigo, más allá del aprendizaje que cualquier entrenador puede beneficiarse cuando ve otras formas de trabajo, hay una especialmente que me ha llamado la atención.
Saber que a veces es necesario “Salir” de tu hábitat natural y llenarte las pilas (Entrar), como es mi caso, que debido a una temporada con momentos peculiares, esa energía ha ido menguando, y he tenido que poner mucho de mi parte, para mantener ese nivel de auto exigencia.
La expresión de que “sales” para “entrar” otra vez, para saber que aún no has olvidado ese baloncesto que durante años has ido curtiendo, para ver en perspectiva y saber que aún tienes motivación para seguir entrenando. Algo que ahora mismo tenía en duda, y que incluso me hizo plantear dejar el mundo del entrenamiento, que hasta ahora, durante 31 años había formado parte (y de qué manera) en mi vida.
Pero el salir, es verte des de arriba, es como ir en un “dron” y tener vista de pájaro, i relativizar lo que tienes más cerca, lo que haces diariamente, y saber que cuando vuelas, hay otros paisajes, otros árboles. Comprendes que es necesario ampliar para posteriormente focalizar el estímulo.
Y de ahí mi reflexión, si estos días no hubiera podido salir ¿Cómo hubiera encontrado la energía suficiente para seguir ilusionándome por lo que tanto me gusta?. Todos tendríamos que tener esta oportunidad de distanciarnos, coger perspectiva y después volver para aportar lo que nos ha generado. Pero sino es asi, si no tienes esa oportunidad que yo he podido tener, creo que hay que tomarse un tiempo de distancia para valorar todo tu trabajo.
He dicho valorar…Porque esos días he conocido entrenadores de Madrid, trabajando muchísimo por el baloncesto de formación,  donde la valoración de su trabajo  no se corresponde con su nivel de auto exigencia. Y eso es extrapolable a Catalunya o cualquier otra comunidad. Necesitas salir de tu entorno inmediato, para saber que hay vida más allá de ese club que absorbe todo tu potencial y a cambio no hay retorno, a veces ni económico, ni por parte de los clubes (y aquí incluyo todos sus elementos de presión).
He podido “entrar” otra vez, y doy las gracias por tener entrenadores amigos que me dejen “salir”, pero lo más importante es saber que los entrenadores aunque solos, tenemos un hilo en común, Ser y sentirnos entrenadores.