Como
se ve en las fotografías, la perspectiva cambia en función de donde estés. Como
en la vida, tu posición marca mucho como serán tus juicios de valor. Es
importante para ello una gran dosis de empatía para ponerse en lugar que ocupamos
los entrenadores.
No
voy a decir nada nuevo, pero no por ello hemos de dejar de explicar lo que pasa
a muchos entrenadores que se dedican a
la formación. Es cierto que en categorías seniors estamos igual de expuestos,
pero quizás hay matices distintos, aunque igual de complejos, en el desarrollo
de la profesión de entrenador. Si, han leído bien, he dicho profesión, mal
remunerada en la mayoría de situaciones, pero que nosotros nos encargamos de
compensar con un gran esfuerzo y dedicación personal, que pasa a ser una
profesión llevada con dignidad por lo expuestos que estamos.
No
hay equipo de formación, y espero equivocarme, en que todos los padres y madres
tengan claro que nivel tiene su hija, que déficits tiene, y sobretodo que
esperan de este deporte. Las frases a principio de temporada siempre son las
mismas, todos quieren que aprendan, que se formen, que sumen valores, y que se
lo pase bien. Que quieren un entrenador competente, estricto, y un largo etc.
de necesidades. Después con las semanas, cada vez con menos margen para el
trabajo, vienen las siguientes frases. Si, las de las quejas. Que si el
entrenador chilla, que si mi niña/o no rinde por que no juega en su posición natural,
si una es más egoísta que otras, que sino juega los minutos que se merece, y más
que muchos de vosotros sabéis y que oímos
“de espaldas” claro, con esos corrillos famosos, que al final acaban explotando
en las mismas narices.
Y tú,
que formas parte en la fotografía que estas a pie de pista, ves como algunas de
esas chicas que han de trabajar, ponen en duda la autoridad del entrenador, con comida precocinada desde casa y que la
cancha sirve de microondas. Y claro como entrenador actúas ante estas
situaciones. Es en esta actuación cuando los padres deberían confiar en este
entrenador, porque está capacitado para ello, porque es su obligación, y porque
hay que gestionar este grupo diez meses. Cuando juntamos formación con adolescencia,
cuidado. Estamos hablando de etapas complejas de realizar esta gestión.
Apasionante, eso sí. Ellos tienen una/o en casa y te cuentan lo difícil que es
a veces “llevarlos”, pero tú tienes 10, 11 o 12, y sabes, porque lo has vivido
otras veces, que va a pasar en cada
situación, percibes que está pasando.
Llevamos
años así y la situación no cambia, va a peor. Los clubes tienen déficit de
entrenadores, porque muchos de los entrenadores abandonan por que los despiden
y por la presión que produce esa situación constante y otros con más
experiencia, deciden que quieren vivir tranquilos ante tanta falta de cultura
deportiva, y delegación absoluta al trabajo de entrenador. Los coordinadores,
Directores Técnicos o Jefes de áreas deportivas, deberían hacer de paraguas,
pero muchos de ellos, están en una situación incómoda, dependen de una
compensación económica, que precisamente gestionan padres de alguna de estas
chicas o chicos. Y ahí estamos en este círculo vicioso, donde al final se
decide el “sálvese quien pueda”.
Miren
las fotografías, pónganse abajo en el banquillo, y sepan que detrás de esa
figura tan criticada hay una persona trabajando a diario, gestionando toda la
semana a su equipo para que el día de mañana esas chicas, sean duras, tengan resiliencia,
sepan afrontar los fracasos, gestionar los malos momentos y los buenos, y
afrontar la vida con entereza. En la vida no valen las quejas ni las excusas, y
el baloncesto debe ser una fuente de este aprendizaje, costoso, difícil y a
veces es verdad, angustiante para los padres, pero son ellas y solo ellas,
quienes han de ser capaces de gestionar su vida. Sino hacen eso, están abocados
a unos hijos dependientes, y eso, precisamente eso, es lo peor que le puede
pasar a un adulto, el no tener herramientas para afrontar las mil dificultades
que la vida te muestra. Si sigues cortando la cabeza a los entrenadores, estarás
alejando de este objetivo de madurez a tu hija/o.
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