"Si dejas de aprender, dejas de enseñar" (Joan González)

2014/01/09

LOS ENTRENADORES QUE SE HACEN "LOS RAROS"


Muchas son las veces, que hemos oído que los entrenadores somos especiales, que con el tiempo nos hacemos solitarios, y nos paseamos por la burbuja que nos hemos construido, como si lo exterior no estuviera relevancia para nosotros, o lo que es peor, muchas veces pensar que este mundo individualizado que nos hemos hecho a medida, es realmente lo único que importa.

A algunos entrenadores ya les ha ido muy bien esta burbuja, forjando este carácter “especial”, que al final incluso ha servido como salvoconducto de excelente entrenador frente a los del resto de la profesión (por llamarlo de algún modo).
Este estereotipo que algunos practican y se esfuerzan en que se visualice, es una "postura" que ha hecho y hace mucho daño al resto d entrenadores.

Hacerse el antipático, mantener una compostura áspera, esforzarse en dar una imagen de dureza mental,  no intercambiar saludos con entrenadores, que según ellos, no están a la altura de sus cualidades, son algunos de los “tics” que son frecuentes entre este tipo de entrenadores.

Son estos entrenadores que creen estar por encima del bien y del mal. Son estos entrenadores que se extrañan y te miran como un marciano, cuando les dices (y yo lo acentúo más cuando los encuentro) que no vas a ver un partido y te vas con tu pareja al cine, o que te vas a la playa a pasear o a hacer otras actividades, que también te llenan esa botella que tienen el espíritu y que hay que alimentar constantemente. Son estos entrenadores que su única prioridad es el baloncesto, y seria importante profundizar si detrás de esto tienen alguna área de interés o una vida personal satisfactoria.
Son estos entrenadores que tienen una ficha individualizada de todos los jugadores de Catalunya, como si fuera una virtud, y no saben que al lado de su casa hay una manifestación por la malnutrición de la infancia en nuestro país por poner un ejemplo, o que un amigo suyo, seguramente entrenador, lo esta pasando mal y no le dedica una parte de su tiempo en escucharle y ayudarle su fuera necesario, por poner otro ejemplo.
Detrás de este egoísmo, por que a eso se le llama egocentrismo, sólo se esconde un objetivo. Trepar lo máximo posible, buscando la gloria personal y un reconocimiento ficticio, de quien piensa que estar 24horas conectado al baloncesto, le servirá para ser considerado el mejor entrenador del mundo mundial.

Siempre digo que me gusta seguir la pelota naranja, pero siempre imagino esta pelota rodeado de un universo amplio. Esta pelota naranja, efectivamente, es un punto visual muy fuerte en mi mundo, pero no lo suficiente como para eclipsar a aquellas personas que quiero, a aquellos amigos que valoro, y a aquellos paisajes que son mi referencia. Entiendo el baloncesto como una forma de vida que me ha enseñado muchas cosas y sigue aportándome muchas mas, pero siempre con la perspectiva de que es un medio y no un fin.

Los entrenadores deberíamos reflexionar, si vale la pena positivar entre nosotros esta imagen de que un buen entrenador ha de ser “raro”, por otra en que podamos relacionarnos con naturalidad, sin renunciar a la profesionalidad de perseguir  las buenas practicas como entrenador.

Ser entrenador no es un mérito. Ser entrenador es exportar a tus jugadores muchas cosas, que a través del baloncesto  se visualizan en la vida, y éstas no podrás enseñarlas con globalidad , si tu mundo es tan pequeño y limitado.

Do not worry, to be natural