"Si dejas de aprender, dejas de enseñar" (Joan González)

2012/09/13

CUANDO LAS COSAS NO SON COMO APARENTAN SER


Las cosas, ni las más íntimas, son como aparentaban ser...Los entrenadores no debemos ser inherentes a esta gran verdad.

Somos maquinistas de un tren, del cual hemos de saber hacer llegar hasta la estación final. Debemos saber disminuir la marcha, ante posible arenilla en la vía, o pararnos si es necesario para quitar alguna piedra en el camino, Limpiarnos el parabrisas constantemente y no descuidar la velocidad.
Somos concientes de que no tenemos aire acondicionado, ni asientos de piel. El hilo musical no funciona adecuadamente y hasta el maquinista (el entrenador) sufre trastornos pasajeros, producto de hacer muchos viajes y reconocer y sufrir las piedras a distancia, estaciones en mal uso y un largo etcétera de obstáculos, que hacen de este viaje un recorrido apasionante, como difícil y imprevisible.

Detrás, en los vagones, sabemos que llevamos pasajeros distintos. Algunos que no se inmutarán ante los cambios de vía, y seguirán leyendo el libro hasta que lo finalicen. Otros andarán de un vagón a otro en función de cómo el maquinista maneje el tren. Algunos se pondrán juntos para compartir los miedos durante las tormentas del viaje. Alguno seguramente, preferirá ir solo durante el trayecto, por que piensa que juntarse con otros viajeros le és perjudicial. No os sorprenda que alguno se baje en la primera estación por que no aguanta, quizás se marea. También habrá aquel que aunque aguante el viaje, estará siempre protestando ante el revisor de si las suspensión es demasiado dura o no...para que se lo comunique al maquinista. Habrá el pasajero que no parara de hablar y amenizará los trayectos. Todos ellos irán en el mismo vagón. Es lo que tienes...

Pero nada es lo que aparenta ser y lo que se avecina tormenta puede generar oportunidades para conocer como reaccionan algunos pasajeros, ante esas adversidades.

Muchas veces pensamos que algunos jugadores son de una manera y acaban siendo de otra i al revés. Incluso las personas que te rodean en un club, pueden ser cambiantes en función de cómo conduzcas el tren y del que se encuentren en las estaciones (partidos). Para ello, amigos entrenadores, no hay protección. Tan sólo tienes tu cabina, o la que tu te creés, puede ser más grande o más pequeña, pero ahí vas a estar todo el trayecto. Los pasajeros van a decir que has conducido bien o mal, en función de cómo ellos se han sentido en el trayecto y no en la parada final.
Parece que es una responsabilidad no compartida y no es así. El fracaso se encuentra en los entrenadores, y las victorias en los jugadores.

Por cierto el que compra el tren y te lo da para que lo conduzcas, no le cuentes los pormenores entre estación y estación, ni si los pasajeros se portan con corrección o no. No le cuentes tu estado de ánimo, cuando llevas mucho trayecto recorrido, porque no le interesa. Dile sólo si al salir de cada estación todo va como tiene que ir. Al fin y al cabo todos sabemos que nada es lo que aparenta, ni en la victoria, ni en la derrota.

Si entrenas...conduce. Entendéis el mensaje entrenadores???