"Si dejas de aprender, dejas de enseñar" (Joan González)

2015/11/03

NUESTRO HÁBITAT






Este sitio, donde a veces lo encuentras duro y otras blando. Este banco, donde 10 minutos antes de empezar un partido, intentas acomodarte en él, probando  estos fatídicos minutos, para los entrenadores, antes de empezar. Estos minutos donde ves a tus jugadoras haciendo el calentamiento y donde alrededor tuyo sólo ves camisetas, botellas de agua y tu pizarra reposando al lado tuyo. Este es uno de esos momentos en que te sientes con mas responsabilidad como entrenador. Todo esta por empezar. Tu decides con quien y como vas a hacerlo, y estas a la espera de este salto mágico entre dos jugadoras.
Este espacio de tiempo, me viene como una película de lo que me gustaría que sucediese, donde vienen a mi memoria el trabajo de la semana, las sensaciones con las jugadoras, y lo que hemos trabajado...No queda tiempo para más.

Después viene la otra parte. Ese banquillo, se llena con tus ayudantes, delegada y jugadoras. Estas mas “acompañado”, pero sabes de tu vulnerabilidad. El banquillo se ordena, todas buscan ese lugar del que siempre quieren salir para jugar y que al volver necesitan otra vez ocupar. Es su habito, este que da seguridad.
Te levantas, te sientas, miras a un lado, a otro. Te fijas en el entrenador contrario, sus indicaciones, sus cambios. Rectificas, propones, decides...pero son segundos donde la decisión ha de ser rápida, tu ayudante te aporta ideas, la delegada te informa de datos y te repites ”Vamos Joan, procesa rápido”...Y lo haces. Todo se ordena de forma natural, como en cajitas independientes dentro de tu cabeza, y vas abriéndolas en función de la necesidad.
Te alejas del banquillo, para acercarte a la arena. Estas de pie, los actores con el balón, y de vez en cuando notas el pasar de los árbitros, una frase, una protesta, unas miradas de complicidad y  otras de desaprobación...otra cajita mas.
Y decides acercarte a ese banco otra vez, cruzas la mirada con siete jugadoras con hambre de salir, y lo notas, vaya si lo notas.

Y llega el momento decisivo del partido, pocos segundos, marcador ajustado, tiempo muerto...Todos enfrente tuyo. Notas el olor a sudor del esfuerzo (me encanta ese olor, mezclado con los ojos abiertos con ganas de ganar), las respiraciones altas. Has de decidir. Tienes apenas 40 segundos. Sacas de una de tus cajitas una idea para este último ataque o última defensa. Y vuelves a mirar a los ojos de ellas. Este momento es el mas importante. Ahí detectas si esta idea de tu cajita va a funcionar o no. Lo percibes, lo sientes y cruzas la mirada con tu base y ahí notas que ganas...te esta comunicando “todo irá bien coach”.
Te vuelves al banquillo, ahora ya mojado, desordenado...todo esta apunto de acabar. Tan “solo” queda la última acción, esa en la que los demás te juzgaran en función del resultado.

Es de noche y en casa te notas cansado, vacío, exhausto. El partido te viene a la memoria casi como otra película.
Y en ella ves que  te has equivocado, has abierto una cajita antes de tiempo, has consumido a otra, te has equivocado en una rotación, quizás ahí reaccionaste tarde. Te falto un “Time out” en aquel momento. Aunque horas después del partido lo ves claro, una voz dentro de ti durante el partido, ya te había avisado.
El banquillo se ha quedado solo. Esta en el pabellón esperando a otro partido.
Has dejado toda tu energía allí. Has dado todo de ti en estos barrotes de madera., pero ahora te toca otra silla. La de tu despacho. Ahí empieza el otro partido. La gestión del equipo en el post partido. Jugadora con poca rotación. Jugadora que no ha jugado. Jugadora en bajo estado de forma...

Ese es nuestro hábitat junto con el parquet...No hay descanso, y que dure!!!