"Si dejas de aprender, dejas de enseñar" (Joan González)

2014/04/10

TRES DIAS EN VALLADOLID, TRES DIAS CON RICARD CASAS Y ANTÓNIO PÉREZ


Si, tres días en Valladolid con mi amigo Ricard Casas y Antonio Pérez.
Dejar tu trabajo cotidiano, presentarte en una ciudad como Valladolid para estar con un entrenador ACB y ver su metodología de trabajo y disfrutar de su amistad, ha sido para mi una sensación increíble y muy reparadora en el momento que se ha producido. Necesitaba ese “parón” en todos los sentidos.

Cuando algunos de vosotros  leáis esto, os será difícil  imaginar esta sensación, pero no será culpa vuestra. Es que seguramente no podré o no sabré explicar, y describir realmente estos sentimientos que he tenido estos tres días.

Uno deja su trabajo profesional, su baloncesto amateur, y se va tres días a una inmersión, para mi, sin precedentes, viviendo como es un entrenador profesional las veinticuatro horas. Ricard me decía que lo bueno hubiera sido que pasase una semana o diez días con él, pero ni el trabajo ni mi compromiso con el baloncesto, me permitía tener este tiempo para ello.

Valladolid es el equipo último en la clasificación ACB, pero tengo muchas dudas de que sea así en su nivel de trabajo. Me he encontrado con un Ricard y su ayudante Antonio (un fenómeno, un crack con mayúsculas), entrenando a un nivel de intensidad excelente, a pesar de bajas, a pesar de situaciones adversas, de cambios. Me he encontrado un equipo unido, trabajador y con un compromiso con el trabajo altísimo dadas las circunstancias.

Ricard me ha hecho ver que con el victimismo no se gana nada. Tienes esta situación, pues has de aceptarla y trabajar con ella. Has de dar lo mejor de ti mismo bajo cualquier circunstancia. La queja te debilita, te destruye y te hace perder capacidad de concentración y de mejora. Hay que luchar por que como él manifiesta...tiene trabajo, cosa que por desgracia muchos entrenadores no.

Si claro...En su casa hemos hablado de la flex, de variantes, del “entry”, de sus defensas, de los bloqueos...del show y sus recuperaciones defensivas, de mil cosas que en los apuntes y dibujos que hice tendré que ir profundizando y seguir trabajando...

Pero no ha sido esto lo mejor de estos tres días. Ricard y yo hemos hablado de nosotros, de nuestra amistad de tantos años, de como el baloncesto nos unió, nos ha unido y nos sigue uniendo, de nuestros recuerdos y de como evolucionamos como entrenador. Me ha hablado de no comparar y de tener perspectiva como entrenador. Me ha hablado que los entrenadores no se han de situar en un plano superior o inferior en función de la categoría que entrenen, sino que tu trabajo es lo que marca tu línea estés donde estés. Después las circunstancias de la vida te llevan al “ahora” y ahí tienes que dar el máximo de tu potencial.

Ser reflexivo, conocerte y modificar para avanzar. Si avanzar con honestidad. Ricard te habla de frente, habla a los jugadores de frente y les dice lo que piensa y como deben mejorar. Él es así.  Y por eso es tan apreciado entre los colegas del baloncesto. Siempre recuerda sus orígenes.

Cuando estábamos yendo una noche hacia su casa, al salir del pabellón, me llamo Rafael Layola, un gran amigo mío, entrenador ya retirado, Ricard vio la llamada y quiso coger el teléfono. A pesar de que hacia años que no se veían, estuvieron un buen rato hablando de cuando los dos se habían enfrentado hace ya mas de 15 años!!!.Insistió que un día deberíamos regalarnos una cena con Quique Spa, Rafael Layola, y tantos otros que recordó. Nunca olvida de donde viene, y como dice él, le gusta mirar atrás y ver los grandes amigos que tiene y un par de cruces en su camino. Si tienes muchas háztelo mirar. Esta es su herencia como entrenador.

Algunos dirán que exagero. No creo. Sólo hace falta estar con él unos días y darse cuenta de que como él  dice “el baloncesto me da equilibrio”. Necesita este deporte y este deporte necesita entrenadores como Ricard.

Una cosa Ricard... llena la nevera. Saca un par de horas del día para hacer la compra, aunque los guisantes con jamón dulce que hicimos estaban muy buenos con tu “Cola zero”y hacían juego con las hojas de papel  ralladas (solo por rotulador fino o lápiz que es lo único que utiliza).

Nunca podré agradecerte lo que he aprendido estos tres días, sobre baloncesto, de baloncesto y de la vida!!!
 

Ens veiem aviat amic (Nos vemos pronto amigo) como a ti te gusta decir.


PD: Gracias Antònio por esas "plumas" con un Ribera del Duero. Buenisimas!!!