Hoy
ha sido mi último día de clase de este curso dando las asignaturas de dirección
de equipo, y dirección de partido. Dos asignaturas diferentes, pero que se
complementan mucho en sus contenidos.
Ahora
vienen los exámenes, aunque importa poco la nota que saquen en el examen,
porque al fin y al cabo, cada fin de
semana van a pasar uno y incluso en cada entrenamiento van a poner a prueba su
capacidad de ENTRENAR y lo pongo en mayúsculas, por que ya sabéis que esta
palabra implica tantas cosas, que es mas difícil de lo que parece.
Mi reflexión va porque noto en los nuevos entrenadores,
poca capacidad de crítica y de profundizar en aspectos como las dinámicas de
los equipos, el trabajo de los entrenadores como generadores de energías,
cuestionar métodos y hacer propuestas nuevas, en definitiva la ansia de
aprender.
Hace
12 años que doy clases, y os digo que he encontrado alumnos extraordinarios que
ahora entrenan en alto nivel o no, pero que tenían un denominador común:
querían aprender eso de entrenar a baloncesto. Leían, discutían, profundizaban,
opinaban y se enriquecían. Te absorbían, pero disfrutabas. Me iba a casa con la
sensación de que había dado todo de mi y que ellos quizás habrían recogido
un poquito de esta esencia de ilusión por entrenar. Cuando he estado con
un grupo de entrenadores en La Seu, de Urgell , en la “Escola Joviat” de
Manresa, en Puigerdá, en Barcelona...dando clases a J.A. Cuadrat, a Andreu Bou,
a J. Vizcaino, Joan Peñarroya, G. Salas, C. Aneas, y tantísimos otros, perdón
por no nombraros a todos, he bajado por el camino llorando por la ilusión que
transmitieron, por el esfuerzo realizado durante diez días conviviendo y
HABLANDO de baloncesto. Son experiencias que se viven y las recuerdas para
siempre.
Una
de las cosas mas preciosas que tiene esta relación de alumno y docente, es la
relación que con los años se genera amistad en muchos de los casos. Sigo recibiendo
correos, notas en Facebook, y sinceridad en los encuentros en los pabellones.
Seguimos recordando aquellos días, como una experiencia que nos dio la
casualidad, pero que este deporte ha hecho que fuera de reconocimiento mutuo.
Ahora
me encuentro entrenadores, que miran los partidos y me dicen lo mismo que los
espectadores que están delante de una TV viendo el partido. No saben o no
quieren, alzar la mirada y ver mas allá. ¿Lo mas importante es ver como son los
minutos de Pablo Laso para caer en los tópicos,? ¿Lo mas importante es ver los
mates y hacer una “ohhhh” de exclamación y no la causa que genera este gesto técnico?
¿Lo mas importante es ver el músculo de un jugador, cuando los hay que no
tienen, pero usan la inteligencia para hacer de este deporte algo mas que un
balón que va a la canasta?. ¿No somos capaces de leer los gestos?, ¿Solo nos
preocupan los tangibles?. Caemos en la critica fácil de sentenciar a J.C.
Navarro y no sabemos leer que pasa por un jugador de 33 años, líder, y con mas
de 20 años de baloncesto de nivel
No
quiero entrenadores que se saquen un título para entrenar. Quiero entrenadores
que quieran hacer pedagogía a través del baloncesto. Quiero entrenadores
que quieran inculcar valores positivos, de esfuerzo, solidarios y que ansíen
esta titulación, para desempeñar una ilusión. Una ilusión que les llevará a
valorar que detrás de cada ficha de entrenador, representas una forma de
generar valores.
Has
de ser honesto. Si quieres entrenar, que sea para dedicar mucho de tu tiempo a
cambio de muy poco material y un mucho emocional.
No hay nada como saber que hoy tienes
entrenamiento, hoy tienes una nueva oportunidad de dar...Una nueva oportunidad
de emocionar.