"Si dejas de aprender, dejas de enseñar" (Joan González)

2023/02/13

 


Las derrotas en si siempre son dolorosas para un equipo. Son como torpedos en una nave que agujerean el casco, y si llegan a la sala de máquinas (que es el corazón del equipo) pueden resultar letales.

Esas derrotas llevan a las dinámicas negativas. Con el barco torpedeado, entra agua y hay que achicarla. Pero cuando tienes muchos torpedos el barco pierde fuerza y no avanza. Reparar el barco mientras se navega no es fácil, hay que seguir haciendo las tareas diarias y encima un doble esfuerzo para paliar el desgaste físico y psicológico que genera entre sus ocupantes .Los equipos con dinámicas negativas arrastran este desgaste mental que hace que cualquier contrariedad se convierta en una situación mucho mas grave, que en otros donde se encuentran en dinámica positiva. Por eso se minimizan las victorias y se maximizan las derrotas. La pena siempre ha sido históricamente mas  poderosa que la alegría

Luis Aragonés, entrenador histórico de futbol, decía aquella frase de “ganar ganar y ganar”, en referencia que ganar aligera cualquier contenido negativo y el cielo se despeja de nubes. Pero eso no es del todo cierto. Ganar como perder son verbos que se conjugan con otros. Ganar ayuda a que un equipo reflote de una situación adversa, es cierto. Pero perder puede enseñar que valores tiene tu equipo. Con que material esta hecho, y si hay cohesión en el grupo.

Aún así, aun teniendo unos buenos cimientos, salir de una serie de derrotas consecutivas no es nada fácil. Los jugadores dudan de ellos mismos, de sus compañeros, de su staff… Lo que en tres meses no parecía posible ahora lo es. Se origina un circulo vicioso, una atmosfera que parece que no cambiará nunca. Afortunadamente, de una forma u otra todo cambia, y nada es para siempre. Lo que hoy parece negro es blanco en un tiempo, como lo ha sido al revés anteriormente.

Pero hay un elemento que es para mi importante. Los entrenadores, somos los máximos responsables de las situaciones y hay que aceptar eso si quieres ser entrenador. Cuando ganas, has tenido suerte en partidos ajustados, los jugadores han anotado con facilidad, etc. y cuando pierdes seguramente te has equivocado en cambios, tiempos muertos, tácticamente y en la preparación mental. Por eso los entrenadores, más allá de resultados, debemos confiar en nosotros mismos como nadie. El gran valor del entrenador, es que en esos momentos de soledad, sepa reafirmarse en su trabajo y buscar las soluciones sin renunciar a sus convicciones, a sus valores que le han llevado hasta aquí, y a su “hoja de ruta”.

Dixit