"Si dejas de aprender, dejas de enseñar" (Joan González)

2018/06/21

BALONCESTO FORMATIVO FEMENINO. REFLEXIÓN

Este año me he dado cuenta que el baloncesto femenino, también es distinto en otro aspecto, respecto al masculino.
Trabajar formando ya no es suficiente. Viendo que a cuatro o cinco meses de acabar la temporada se producen ya fichajes, uno se pregunta hasta qué punto el trabajo que hacen los entrenadores es válido para desarrollar la formación de las jugadoras.
Haces una planificación a dos años para que aprendan conceptos y situaciones de partido y te encuentras que a media temporada, se van a cambiar de equipo 3 o 4 jugadoras. La diferencia con el baloncesto masculino es que en ese momento, te conviertes en un objetivo claro en este mar de tiburones por qué dejas rastros de sangre, y la sangre se huele a distancia. Estás herido, hay miedo y se produce un efecto dominó que te acaba hundiendo. Ya no son 2 o 3 jugadoras que se van, otras asustadas por qué perciben la situación cogen el mismo camino hacia otros equipos. Me consta que este pánico se produce en varios equipos. Y más allá que el club ha de hacer autocrítica de por qué se producen fugas, cuando la temporada deportivamente ha sido buena y a nivel de gestión emocional se han superado obstáculos (que todos los equipos tienen), también es importante preguntarse por qué eso pasa más en el baloncesto femenino que en el masculino.

Lo que sí es cierto es que quizás tendremos que dar la razón, a aquellos entrenadores que buscan el éxito deportivo inmediato, ese campeonato, esa clasificación, esas fases, por qué conocedores de la situación que se generan a media temporada, se opta por trabajar “al día”, por qué el futuro, ese que imaginas cuando proyectas formación, te resulta estéril si te abandonan las jugadoras.

Así pues el panorama ahora es distinto: Trabaja para ganar, por qué es la única situación que te puede favorecer para que tus jugadoras permanezcan en tu equipo. Y ni eso!! Tienes que ganar siendo de los mejores equipos de tu autonomía. Así pues cuando fichemos, tendremos que decir : Aquí ganarás. Aquí irás al campeonato de Catalunya y te podrás poner la medalla en el cuello. Por qué está claro que a algunos padres, algunos entrenadores y a algunos clubes pues buscan eso. Y además os digo que me parece totalmente respetable. Lo que pasa es que la frase para fichar la empezamos mal.
Si alguien te dice eso de que te vamos a formar. Va a ser mentira. Además si encima te fichan para ganar y no ganas, y ven a otra mejor que tú vas a ir fuera, y eso no te lo dicen. No estarás entre las elegidas, y ni te habrás formado y ni habrás ganado. Pero es más, aún ganando tampoco te aseguras continuar en ese equipo, por qué ellos aspiran a ser las mejores, y cuando llegue febrero van a hacer lo mismo que el año pasado...barrer el mercado.
Al final quizás sale más a cuenta que estos 4, 5, 6 o los que sean clubes, lleguen a acuerdos con el resto de equipos y los conviertan en filiales para la formación. Sería más rentable y no engañarían.

Y una última cosa. De eso no tienen la culpa ni los clubes, ni los entrenadores ni las jugadoras, ni el sistema de competición. O quizás un poco todos, però no olvidemos que en etapas de formación, como la escolar, como la de escoger actividades extra escolares, u otras facetas importantes en la vida de las niñas, los padres tenemos responsabilidades.
No estar en equipos que van a por medalla no significa que seas una mala jugadora, igualmente que por estar en estos equipos ganadores tampoco quiere decir que seas la mejor jugadora

2018/02/06

VIVIR EN UN FALSO TECHO



Los entrenadores tenemos muchos defectos, tantos… que ya sabemos que cuando entramos en un club nos falta un día menos para salir. Esa posición de interino  no nos debe hacer trabajar diferente y cuando entras en un equipo, en una estructura de club, aunque estés en formación, ya sabes que la mayoría del entorno  te valorará por los resultados. Es así, y no pasa nada, no hemos de intentar cambiarlo porque eso no va a ser posible. En el momento que hagas tu trabajo aunque te entregues al máximo, aunque dediques horas de donde no tienes, eso no valdrá nada si detrás no hay ese resultado que coloque a tu equipo en una posición mejor de los que todos esperaban.

Es lógico pues, que cuando veas que entrenadores jóvenes actúen de una determinada forma, en busca de la “medalla” que les ponga en el mapa de los “buenos” entrenadores, no le des mucha importancia. Eso sólo lo cura el tiempo, cuando te das cuenta que lo más importante es como tú te sientes con tus jugadores más allá de los resultados, como han sido capaces de interiorizar unos conceptos, una relación de grupo, de equipo y ver ese baloncesto que está detrás del escaparate y que los entrenadores sabemos que es más importante que el hecho puntual de una, dos o las victorias que sean.

No busquemos en la inmediatez de la relación, la alabanza del jugador, ni siquiera el reconocimiento de los que le rodean, ni de tus propios colegas. Cada uno tiene intereses diferentes que no casan normalmente con la visión, ni la exigencia tuya como entrenador. Tan sólo puedes aspirar como entrenador que un día aplicando conceptos, dediquen unos segundos a pensar y recuerden que aprendieron algo de lo que ahora aplican en el juego.
Yo que trabajo actualmente con temas de vivienda social, entro en la reflexión y me doy cuenta de que los entrenadores vivimos en un falso techo deportivo. Ese que te da cobijo en los entrenamientos, en los partidos, que tienes un vestuario para explicar tus ideas, y un día te dicen que ya no puedes entrar ahí. Estamos acostumbrados a las mudanzas rápidas. Y más aún, dejas atrás toda una relación personal con las jugador@s. Así es que en breve tiempo esa rutina mágica de entrar en el vestuario, salir a la cancha, pasa a estar en otro contexto y con otro material humano, si se me permite la expresión.

Creerte como entrenador que vas a estar en este techo siempre, aunque a ti te enamore la casa, es un error. Tienes un contrato de inquilino sin ningún derecho, ni aviso antes de 15 días. ¿Por qué pues, nos empeñamos en implicarnos hasta el fondo, en proyectos que no sabemos si podremos acabar nosotros? Los entrenadores sabemos la respuesta y los clubs también. Somos profesionales con pasión.