Han
sido cuatro meses de trabajo, y como les pasa a todos los equipos y
entrenadores, durante los meses de competición se suman inconvenientes,
contratiempos que hay que ir superando a medida que van saliendo. En eso no
hemos sido distintos a nadie. Hemos contado eso si, con una inestimable ayuda
de todas las jugadoras del B y su entrenador, para compensar las bajas y las
lesiones.
Estoy
satisfecho, por que muchas de estas jugadoras, por motivos laborales, de
proyectos personales, etc, dejaran de ser jugadoras de baloncesto el año
próximo y merecían despedirse de este deporte con una satisfacción.
Sigo
pensando que los entrenadores trabajamos para eso, a ayudar a cumplir los
sueños de los jugadores/as. Ayudarlas en los procesos de transformación
deportivas, a trabajar en equipo, a poner su individualidad al servicio del
grupo y a ayudarlas a superar los momentos difíciles.
Pero
nosotros los entrenadores a veces perdemos eso de vista y seguimos dando mas importancia
a los movimientos tácticos, a los movimientos pautados. Necesitamos sentirnos
seguros, y nos pensamos que con eso lo conseguiremos.
Cuando
perdemos nos lo cuestionamos todo y cuando ganamos también por que somos
insaciables con nosotros mismos. Y en verdad, ganar o perder, es parte de este
juego. Aquí no hay empates. Si pierdes y tienes un grupo unido superaras las
adversidades, si ganas y el grupo no ha reaccionado como tal, tendrás el
resultado como aval, pero en tu parte más íntima sabrás de tu fracaso
como gestor . Aún así hay entrenadores que prefieren ganar, sabiendo que no
tienen al grupo, por que esos entrenadores tan sólo les mueve su ego. No quiero
perder, pero prefiero eso a perder un grupo y ganar un resultado.
la
ostia es cuando ganas y encima has sido capaz de construir un gran grupo de trabajo. Ahi consigues
(como dicen Xavi García y Ricard Casas) "La exceléncia" como entrenador.
"Siguiendo a la pelota naranja, trabajando para llegar a la exceléncia".
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