Es difícil
explicar estas situaciones, pero ocurren.
Los
entrenadores en un club, muchas veces no son valorados por lo que saben , sino lo por lo que
representan en su club, por el tipo de equipos que llevan, o por etiquetas
prejuzgadas.
A veces cuando
veo jóvenes entrenadores, me veo reflejado en ellos hace 25 años. Muchos de
esos “tics”, son fácilmente identificables en épocas de aprendizaje, de hacerse
un hueco en este mundo tan difícil. Llamo hueco, a ganar la credibilidad.
Aunque eso también puede ocurrir cuando buenos entrenadores, que por el mero
hecho de tener una cierta edad, los van relegando a equipos con menor
proyección deportiva. En eso, el trabajo de entrenador se parece al mercado
laboral y su línea de actividad.
Veo que esos
jóvenes entrenan para ganar, aunque ellos saben que eso les perjudica en el
futuro. Quieren ganar a toda costa su credibilidad para sumar enteros y tener
opciones a equipos representativos de este club, o de otros. Y no les falta
razón, la mayoría de ellos son juzgados por clasificar sus equipos a
preferente, ganar un campeonato, clasificar a equipos para fases, etc…
Cuando algunos
directores técnicos les dicen a esos entrenadores: Tienes equipo para
clasificarte, has de quedar entre los tres primeros (por decir algo), etc, y
ponen esa presión al entrenador, presión que también ejercen los padres, no
saben que están perjudicando y mucho, el futuro de este entrenador.
Ese entrenador
dejará de ser él mismo y querrá contentar a su entorno e incluso competir con el, con el fin de conservar
su "sitio de trabajo”, donde suma esos pocos euros mensuales, y que
dada su juventud, se mezcla con el ansia de hacerlo bien y el miedo a perder las dos cosas.
Y ahí estamos
con ese coctel, al frente de un equipo y de una temporada. Nervios, exceso de
protesta, planteamientos rígidos (lo que denota falta de seguridad), dificultad
de control en situaciones limite, y una larga lista que hace empequeñecer al
entrenador y engrandecer la hipocresía.
Queremos
entrenadores formadores que ganen. Y cuando eso se produce siempre oigo: “Ese
entrenador/a lo hace bien”, “ese entrenador/a tiene futuro”.
¿Qué es lo que
hace bien? ¿Ganar?, ¿Qué futuro tiene? Su único futuro es caer en la liturgia
de que si ganas sigues, si pierdes te echan. Si consigues esa clasificación
eres protegido por ese club, si pierdes, esa credibilidad…(que nunca habías
tenido, solo te la dejaban) ya no la encontrarás.
Y ese
entrenador se pregunta: ¿Dónde está todo lo que decían mis profesores, cuando
me inculcaban la importancia de la formación, del aprendizaje, del trabajar los
valores en el grupo, de que los resultados no son lo más importante?. Cuando
hace eso y los resultados no son los esperados, se encuentra su DT que le
esquiva, los padres con miradas de dudas, y él con esa edad donde todo te
influye, confundido porque lo que le han dicho y la realidad, no se parecen en
nada.
Quizás los que
damos clase a estos entrenadores,
deberíamos decir: No se preocupen por la formación, ustedes a la suya, ganen
todo los partidos posibles, si ven una "sombra" que se aproxima, elimínenla,
ustedes van primeros. Intenten que alguien se caiga de la silla y siéntense
ustedes. Si los jugadores no saben baloncesto, que aprendan solos. Ustedes hagan
esos sistemas complejos, para que les den resultados deportivos. Sueñen todos
con ser entrenadores ACB a cualquier precio…Pero ganen!!
Quizás si,
pero va a ser que no. Va a ser que algunos vamos a seguir insistiendo en el
otro baloncesto, ese baloncesto mal llamado romántico. Ese baloncesto formativo
donde los aspectos mas importantes sean otros y también el competir, porque una
cosa no esta reñida con la otra. Ese baloncesto donde el jugador vea en el entrenador
esa llave que abre la puerta para saber más. Donde el entrenador sea un referente educa-deportivo, para el jugador
Sino
protegemos a los entrenadores jóvenes, el futuro de nuestro baloncesto, no será
el que muchos deseamos. Si dejamos que el status de un entrenador, respecto sus compañeros, dependa de los resultados, sólo conseguiremos fracasos, decepciones, falsa competitividad, y lo que mas me preocupa, que sólo sigan adelante, esos entrenadores capaces de lo que sea para suibir a ese podio, no al del efímero del resultado, sinó al del poder que da el ganar y que otros pierdan.
Suscribo integramente
ResponEliminaGracias Manel. Tus consejos siempre son bienvenidos
ResponEliminaJoan de lo millor que he llegit en anys en quan entrenadors de formació.
ResponEliminaChapa
Felicitats
Joan de lo millor que he llegit en anys en quan entrenadors de formació.
ResponEliminaChapa
Felicitats
Gràcies Chapa
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