Son
muchos los jugadores que les gusta hacer de entrenador en equipos de
formación y algunos entrenadores que también tienen la faceta de jugador..parece lo mismo, pero
desde mi punto de vista no lo es..
Los
entrenadores que también dedican parte de su tiempo a hacer de jugadores, creo
que hasta cierto punto son capaces de mejorar
como jugadores, en concepción de espacios, en la lectura de situaciones,
etc. Esto les hace ser mas críticos con sus compañeros. Ven el juego de manera
diferente, porque están aplicando una visión de entrenador al juego de su
equipo, aunque a veces olvidan que este equipo ya tiene su entrenador. Ellos,
tal vez, harían las cosas diferentes si fueran el entrenador, pero les digo que
su visión es desde dentro del campo, y normalmente, cuando retrasas la vista
hacia atrás, coges perspectiva y ángulo de visión, y eso modifica tu manera de
ver el partido, y condiciona también tu dirección de partido.
No
es una situación fácil y es complicado encontrar el equilibrio entre una faceta
y otra...Deben cambiar de “chip” y situarse en el plano que les corresponde,
porque sino, hay el peligro de no hacer
bien ni una cosa ni la otra, o que entren en conflicto, entre lo que piensas
como entrenador y lo que tienes que hacer como jugador.
Para
mi es diferente cuando un jugador hace de entrenador. Yo creo que ahí tiene una
cierta ventaja, respecto a entrenadores
que no han sido jugadores. En un momento determinado puede entender las
reacciones o situaciones que pasan dentro del parquet. Yo creo que ahí si que
puede aplicar su experiencia como jugador, aunque eso si, manteniendo su
criterio como entrenador. Muchos jugadores que se han hecho entrenador nos han
enseñado como han aplicado sus conocimientos (y no sólo en el baloncesto) en
beneficio del equipo.
Pero,
esta doble faceta, ¿Hasta cuando es posible? Yo creo que hay un momento que uno
tiene que decidir que es lo que le gusta
hacer y donde puede aportar mas. No en todos los casos el hecho de ser
entrenador serás mejor jugador, ni siendo jugador serás mejor entrenador.
En mi caso cuando jugué en Junior
preferente de La Salle Bonanova (que tenia equipo en primera división con
Atienza, Blanco, etc) en 1979, había jugadores como Freixenet, Collins,
Dosaula, Puig, Sala, etc...Yo no jugaba y no sin razón. No tenia la categoría
para jugar en este equipo. Pero las circunstancias llevaron a que me ficharan
sin apenas poder aportar nada. Mis largos minutos de banquillo, ese tan duro
cuando sabes que no juegas, me llevó a seguir el juego des de un punto de vista
diferente. En el 90% de los partidos ya sabia que no jugaría, y opté por no
revelarme ante esta situación y quise entender el juego tal como lo hacia mi
entrenador Miquel Ametlla, gran entrenador. Y claro al final cuando tu línea de
visión converge con la del entrenador,
te das cuenta de porque no juegas.
Así
hice dos cosas. Trabajé al máximo por mi compromiso como jugador, y desarrollé
la capacidad de intuir lo que pasaba en un partido, a base de observación con
distancia, como yo lo llamo.
Nunca
un banquillo tan duro como el que teníamos, ni la frialdad de mis compañeros
ante mi situación, pensé que seria el comienzo de lo que mas me gusta hacer,
que es entrenar.
Pero
antes he dicho que había que mantener un equilibrio, y siendo honesto con
vosotros, os diré que me dejó secuelas. Me propuse trabajar los equipos en un
contexto de grupo de trabajo sin excluir a nadie. Nunca he permitido que un
jugador de categoría inferior, que entrene en mi equipo, sea tratado diferente.
Nunca he permitido que el que no juega o sea mas joven, llevé el agua, o recoja
los balones, y nunca he permitido que los compañeros se rieran de una situación
de no juego de otro jugador, como a mi me pasó,
con el beneplácito del entrenador.
Ser
jugador te ha de servir para que si eres
entrenador, saber que quieres hacer, pero sobre todo, como quieres que no sea tu
equipo.
Aplica
como jugador a tu ser entrenador, y apórtate como entrenador tu experiencia
como jugador.
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