Cuando un entrenador acaba una
temporada, a pesar del cansancio acumulado tanto físicamente como
psicológicamente, le invade una sensación de vacío.
Ha estado nueve meses acostumbrado a
unas rutinas de trabajo, a unos horarios, pero sobretodo a lo que conlleva
trabajar con un grupo humano de jugadoras.
Esta sensación tiene mas síntomas que
se traducen en:
-
Idealización de todos los
momentos positivos.
Con el tiempo, muchas de las imágenes
que tu tienes retenidas en tu disco duro como satisfactorias, tienden a coger
mas relevancia y emergen potentes como parte de una etapa que disfrutaste y que
no volverá a suceder. Momentos de partidos importantes, de relaciones de grupo,
de conversaciones con jugadoras, momentos de alegría...Todo esto se entremezcla
y interfiere en tu análisis objetivo de la valoración de la temporada. Al
pensar en todas esas imágenes juntas, tu mente proyecta una película vivida
pero irreal. Es atemporal. Cruza todos los momentos “màgicos” y te hace
idealizar algunas situaciones.
-
Relativización de los momentos
negativos.
A esto se suma la capacidad que tenemos
algunas personas en difuminar realmente los momentos agrios, los momentos en
que hemos sufrido por diferentes motivos: En la gestión del vestuario, en
alguna fases de la temporada con los entrenamientos, En las relaciones con el
club o personas de este club. Por que
no hemos de olvidar que los clubs son dirigidos por persones y a veces
generalizamos y nombramos al club como parte de un problema cuando no es asi.
-
Sensación de perdida de amistades
realizadas en este periodo de trabajo
Cuando te vas de un club, no puedes
pasar por alto que has hecho unos lazos con distinta gente. Estas relaciones
que has ido tejiendo durante la temporada, que han sido intensas, de pronto
cuando dejas el club, se establecen como unas jerarquías: Unas se dejan ir,
otras tendrás una relación puntual, y con alguna otra seguramente formara parte
de tu circulo mas cercano de amistades. Es esa “mochila” virtual, fruto de
bagaje que se va llenando también de esas personas que te acompañan en tu viaje
vital.
-
Descolocación ante cambio de
rutina diaria y de fines de semana...
Entrenas a otro club. Cambian las
imágenes. Las instalaciones son nuevas, los
jugadores son distintos, tus referencias ya no son las mismas, es decir
cambian tus rutinas. Para algunos entrenadores en los que me incluyo, donde las
pautas y rutinas son importantes, encuentras a faltar incluso el café que te
tomabas antes de entrenar por ejemplo. Esta simple rutina, pero que has estado
haciendo todo el año, marca tu forma de desenvolverte. Por que formaba parte de
tu ritual diario.
Todas estas sensaciones son más o menos
duraderas en función de la personalidad de cada entrenador, en la adaptación a un nuevo grupo, equipo de trabajo y club si el cambio también conlleva a eso.
Estas sensaciones se acentúan con el
cambio de club, por que realmente dejas un aparte de tu trayectoria como
entrenador y además tu te llevas parte de esta historia contigo, por que te has
sentido como parte del proceso vital de la
entidad. Al final, con los años, tu habrás formado, en mayor o menor
medida, parte de este proceso deportivo de desarrollo del juego del baloncesto
en este club y con ello también siempre dejas una parte de ti.
Cuando empiezas a entrenar no tienes
tanto estas sensaciones, por que la mayoría de entrenadores, hacen los cambios
pensando mayoritariamente en una ascensión deportiva, en una mejora de
categoría, en buscar su proceso como entrenadores, y por que no decirlo, con la
ilusión de llegar a lo más alto como entrenador, aspecto que por otra parte, me
parece de lo mas lícito. Así pues los cambios responden mas a mejoras
profesionales.
En el caso de entrenadores que ya
llevamos muchos años entrenando, los cambios se producen mas desde la vertiente
emocional. Valoras aspectos menos tangibles, pero mas importantes. ¿Dónde te
sentirás mejor?. ¿Cómo será tu día a día?. ¿Que club vas a encontrar?, ¿Qué
organización vas a tener? ¿Cómo serán tus rutinas?.
Para mi lo más importante es el día a
día de entrenamientos. Lo que vives en ellos, el “antes” y el “después”. Todos
los entrenadores tienen algún síntoma post-temporada, por que todos los
entrenadores que conozco, sin excepción, dejan algo suyo en todos los equipos
que entrenan.
Ahora toca pensar en la otra imagen.
Vamos empezando...Coger el silbato, y entrar en cancha a buscar nuevos retos,
que te traerán nuevos recuerdos.
Vamos sumando...
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