Viendo como están algunos
de mis amigos y/o compañeros de baloncesto,
en que su profesión es la de ser entrenador de baloncesto, a cualquier
nivel desde EBA hasta ACB, es decir, que viven de ello, que sus ingresos para
subsistir se basan en el sueldo que les reporta esta profesión, me ha hecho
valorar algunas cosas importantes desde el punto de vista de ser entrenador y
también a nivel personal.
Hace poco un compañero de
profesión,que su profesión es ENTRENADOR, Y encontré haciendo vacaciones, me dijo una frase que resumía muy
bien cual es ahora la situación de los entrenadores.
“Joan: La situación es la
siguiente, donde tu tienes un sitio para entrenar, hay 250 que optan a ello, y
por la puerta solo pasa 1”.
Esta frase me ha hecho
reflexionar mucho, por que si reflexionamos bien en ella está toda la
problemática que se esconde detrás de un contrato para entrenar un equipo
profesional. Repito básicamente desde EBA a ACB con sus diferencias salariales.
La verdad es que acaba
pasando lo siguiente: Entrenadores que entrenan gratis, por que prefieren no
cobrar nada y así darse a conocer y buscar posteriormente un contrato.
Entrenadores que han estado en la elite y que entrenan por poquísimo dinero...Y
así vayan buscando diferentes opciones que pueda llegar a su imaginación. Y no
me vengan con el mínimo salarial de la ACB...Básicamente estoy hablando de
entrenadores que están en LEBs, EBAs, y otros dejando sus maletas en diversos
rincones del mundo, en busca de un contrato
Entonces la pregunta es
obvia. ¿Llegan los mejores entrenadores a los equipos, si los clubes basan su
criterio exclusivamente en un tema económico?
¿Qué llegan a hacer
algunos entrenadores para llegar a entrenar a un equipo profesional?
¿Qué relaciones de corporatividad
esperamos que haya en nuestra profesión?
Este mismo amigo me decía:
“Joan: Tu tienes suerte, trabajas en otra profesión y entrenas como segunda
“profesión. No dejes de hacerlo. Este mundo es muy inestable”.
Es verdad, es nuestra segunda profesión,
y el dinero que recibimos a cambio de entrenar es una gratificación, que los que llevamos años sabemos que nos ocupa
casi tanto tiempo como la principal profesión que ejercemos. Sabemos que las
horas libres, los fines de semana, estamos “hipotecados”, pero como somos unos
amantes de esto que engancha tanto y se llama entrenar, lo hacemos y no
pensamos en sus defectos, sino en todo lo que nos reporta emocionalmente...que
para mi, y creo que a casi todos, es mucho.
Los que “picamos piedra”, tenemos una
pequeña ventaja sobre los profesionales, si nos echan fuera, o si por
circunstancias diversas hemos de dejarlo, nos puede doler mas o menos, pero
mayoritariamente tenemos un plato en la mesa. Pero lo que realmente me preocupa
es ver como entrenadores sufren ante la posibilidad de un despido por
diferentes situaciones, económicas, de relación con directivos, etc... etc...
Mis preguntas son: ¿Cómo entrenan
estos entrenadores?, ¿Cuál es su nivel de ansiedad?, ¿Qué libertad tienen para
situarse delante de doce jugadores? ¿Qué profesionales los
contratan...profesionales he dicho?? ¿Les pagaran el siguiente mes, o entraran
en deuda ya en el segundo o tercer mes de trabajo? ¿Y si protestan?. Ya saben
que hay 200 esperando para entrar y algunos sin cobrar...Os imagináis el nivel
de estrés que eso conlleva?
¿Quién quiere ser entrenador en esta
situación? Es una pregunta abierta, yo tengo mis propias conclusiones al
respecto, pero lo que si os puedo decir es que prefiero entrenar con la
libertad de saber que no dependo de esto, ni yo ni mi familia. Que en la
distancia es muy bonito sólo dedicarse a entrenar, pero que la realidad es muy
distinta. Que hay una imagen equivocada, de cómo es el día a día de un
entrenador profesional, donde su espacio vital se empequeñece y acaba dedicando
física y mentalmente un 90% a esta actividad. Donde las relaciones con el
exterior muchas veces son interesadas. Donde seguramente, no pueden ni deben,
decir lo que piensan en un entorno complejo...Y muchas cosas mas que sólo ellos
saben.
Una cosa es el placer de ser
entrenador y otra muy distinta tener como profesión ser entrenador de
baloncesto.
Un homenaje a todos estos
entrenadores, que aun con esas dificultades, reciben una llamada, cogen la
maleta y van a ejercer lo que para ellos es su pasión, que han convertido en
profesión. Les dejaran ejercerla?
Des del meu punt de vista, l'esport hauria de ser amateur. És una diversió, un hobbie. Únicament hauria de ser profesional la primera divisió.
ResponEliminaJo vinc del futbol. He estat 30 anys jugant a futbol. No em sembla lògic que gent que jugava a 2ª o 3ª regional cobrés encara que fós poca quantitat, per passar el cap de setmana.
A paart d'això també em sembla vergonyós els sous d'alguns jugadors d'èlit, que l'únic que saben és xutar una pilota a la porteria o encistellar una piloteta i alguns d'ells si no fós per això, serien un zero a l'esquerre.
L'esport ha de formar part de les nostres vides, si, però com a hobbie.
Deixant de banda el Futbol, el bàsquet, el tennis... hi ha molts altres esports la moajoria d'ells minoritaris on no es cobra res de res, on el qui practica esport i probablemnt ho faci molt bé ho fa per hobbie.
El ser jugador, o entrenador no hauria de ser una professió sinó una cosa a més a més.
Sóc un amant de l'esport.
Gracies Francesc por tu opinion pero no entiendo porque no puede ser professional un entrenador o un jugador. Es uba profesion como otra. Comonhay por ejemplo fotografia professionales y otros amateurs que les gusta ma fotografia
ResponElimina