Trabajar con jugadores
jóvenes, y no estoy
hablando del equipo que tengo la responsabilidad de llevar, el cadete
preferente de la UESC, sino que quiero hacer extensible, conversaciones con
entrenadores de formación y una sensación que tengo desde hace mucho tiempo,
aun cuando
entrenaba seniors y llegaban a mi “perlas” jóvenes por pulir.
Me gustaría que miren los
equipos, observen los jugadores y sean capaces de saber, de intuir, que jóvenes
entre 12 a 18 años sufren, y digo bien, un exceso de protección familiar, de
club, de personas externas, etc.
Imaginen este jugador que
visto desde fuera, en los entrenamientos, o haciendo una rueda de calentamiento
antes de un partido, ven en él a un jugador con movimientos plásticos, coordinado, con una planta
envidiable, con maneras, intenso, concentrado, de estos jugadores que te
enamoran al verlo, y tu mirada se dirige a él con esta sensación que estas ante
un valor de futuro deportivo, siendo muy pretencioso.
Ahora imaginen que este
jugador, durante el partido, falla cosas impropias para su talento, y que los
fallos son deseables si, estoy hablando del exceso de error, se descentra con
facilidad, vuelve la mirada constantemente a la grada, se pone excesivo
nervioso, acaba haciendo faltas o generando situaciones negativas para el
equipo.
Si ustedes ven esa imagen,
dirijan la mirada a la grada i allí verán Los padres nerviosos, generalmente
rodeados de hermanos, familiares, y amigos, etc . Todos pendientes de “la
perla”. Si observan bien podrán
comprobar una comunicación continua, casi invisible entre ellos y el jugador.
Ante el fallo del jugador hay una reacción en cadena...el jugador mira al
entrenador, después mira hacia la grada como algo instintivo, buscando la
respuesta de quien siempre le genera una alta expectativa, que él tiene miedo
de no demostrar y defraudar.
Esta es la causa, el miedo
a defraudar.
Son jugadores que sufren
porque imaginan que será de su vida, si no son capaces de lograr lo que siempre
oyen a su alrededor. Son jugadores con exceso de responsabilidad, donde el
error no tiene margen, y ante el cual se bloquean, se paralizan y entran en una
espiral que es de difícil solución. No podemos ni debemos aislar al jugador de
su entrono, ni tampoco somos nadie como entrenadores, para hablar con el
entorno que creen que están haciendo lo correcto.
Lo que debemos hacer los
entrenadores es forzar el equilibrio. Eso quiere decir contrarrestar esta
presión desde el banquillo, aumentando el refuerzo positivo. Si ya se lo que
algunos entrenadores me dirán, pero yo os comento que nuestro trabajo no es
lineal, yo os comento, que nuestro trabajo es siempre entrenar físico
técnico/táctico y mental y que esta última parte tan olvidada, se convierte en
esencial para el trabajo individual y de grupo.
No os equivoquéis, eso no
va a modificar a corto plazo el rendimiento del jugador, pero le ayudara a
relativizar las cosas en momentos complicados.
Pero dejadme que no sea
muy optimista. Durante muchos años he sido entrenador senior, me han llegado
perlas fracasadas en sus años de formación, estos mismos jugadores que debían
ir a la Penya, al Barça, Manresa etc, que se tenían que comer el mundo y que
estaban llamados a ser los relevos de los grandes jugadores. Acaban en tu
equipo de EBA, Copa o lo que lleves, con esa continua sensación de fracaso. Ya
no vienen ni los familiares, se encuentra solo, y con la sensación que el
baloncesto ha sido el motivo de sus grandes frustraciones. Y aparecen ahí en un
mundo cruel, competitivo, entre jugadores que nunca han creído que el
baloncesto fuera su vida, pero que la han disfrutado al máximo, y les pasan la
mano por la cara en mentalidad, efectividad y seguridad.
Mi pregunta es si esta
sensación de fracaso la traspasan a otros ámbitos de su vida. Todo por no
disfrutar del baloncesto, disfrutar de la amistad de sus compañeros, a la edad
que tocaba .
Toca reflexión.
Muy de acuerdo en el contenido, aunque el título me llevaba a pensar en otra cosa. No se si lo que expones se puede asociar directamente a la sobreprotección. En cualquier caso ¡buenas reflexiones!
ResponEliminaYo creo que si. El exceso de sobreprotección que sufren algunos jugadores, les lleva a una desilusión de futuro, producida por no haber conseguido aquello para lo que todos decian que debia ser asi. Esta frustración genera en los jugadores una desmotivación y perdida de autoestima que hace que confien poco en sus posibilidades. de aqui manel que tu y yo hayamos visto muchos jugadores con gran proyección que han ido a parar a clubs donde años atras ellos nunca hubieran pensado...No es asi??
ResponEliminaEstoy totalmente de acuerdo con el contenido, solo quiero matizar que el que un jugador no le influya lo que sucede fuera de pista forma parte también de nuestro trabajo. Bajo mi punto de vista, y así intento educar a mis jugadores, cuando se esta en un partido solo se debe pensar en él. Yo llevo niños minis des de hace 10 años y siempre al principio de cada temporada intento enseñarles que lo único que importa es lo que esta sucediendo en la pista. Muchas veces es inevitable que estén atentos a las gradas pero que ello no les impida hacerlo lo mejor posible. No quiero extenderme demasiado, solo quería dar mi opinión.
ResponEliminaMe ha gustado mucho la reflexión.
Gracias Ricky
EliminaBienvenido al mundo del baloncesto de formación. Yo creo que más que de sobre protección, que sin duda la hay, creo que s trata de una proyección que ejercen los padres de su propia frustración en sus hijos.
ResponEliminaSiempre le s digo a .mis jugadores que lo importante es divertirse jugando. Como dice la canción "Los aburridos a la cama, los monos a las ramas, los pesados que se vaya de aquí ...
Aunque como me dijo una vez un gran entrenador con el que tuve la suerte de coincidir en en un club: "No me hagas mucho caso que yo de esto no entiendo, solo me dedico".
Esta ultima frase me suena...jajajaja.
EliminaGracias por tu reflexion
Bienvenido al mundo del baloncesto de formación. Yo creo que más que de sobre protección, que sin duda la hay, creo que s trata de una proyección que ejercen los padres de su propia frustración en sus hijos.
ResponEliminaSiempre le s digo a .mis jugadores que lo importante es divertirse jugando. Como dice la canción "Los aburridos a la cama, los monos a las ramas, los pesados que se vaya de aquí ...
Aunque como me dijo una vez un gran entrenador con el que tuve la suerte de coincidir en en un club: "No me hagas mucho caso que yo de esto no entiendo, solo me dedico".
Què hem de fer els pares?
ResponEliminaMirar els partit i estar callats? Sempre animant, és clar?
Crec que és normal que al fill li faci il.lusió que el vagi a veure els pares, avis, amics i intenta fer el millor.
ës difícil com a pare no voler donar consell al fill, tot i que sé que l'entrenador és qui mana.
Però com a pare a vegades és difícil perquè vols el millor pel teu fill.
Jo no he dit oas que no sigui bo que vinguin els familiars i que els pares aconsellin...
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